UNA HERENCIA DE GENERACIÓN. El hombre salió de la mano de su Creador perfecto en su estructura y hermoso en su forma. El hecho de que durante seis mil años haya soportado el peso siempre creciente de la enfermedad y el crimen, es una prueba concluyente del poder de resistencia del cual fue dotado. Y aun cuando los antediluvianos generalmente se entregaron al pecado en forma irrefrenada, pasaron más de dos mil años antes que la violación de las leyes naturales produjera consecuencias sensibles. Si Adán no hubiera poseído originalmente un poder físico mayor que el que los hombres tienen ahora, la raza se habría extinguido.
A TRAVÉS de sucesivas generaciones desde la caída, la tendencia ha sido siempre hacia abajo. La enfermedad se ha transmitido de padres a hijos, generación tras generación. Aun los infantes en la cuna sufren de aflicciones causadas por los pecados de sus padres.
MOISÉS, el primer
historiador, presenta un relato bien definido de la vida social e individual de
los primeros días de "la historia del mundo, pero no encontrarnos ningún
caso en que un infante hubiera nacido ciego, mudo, lisiado o imbécil.
No se registra un sólo caso de muerte
natural en la infancia, en la niñez o al comienzo de la edad adulta.
Las noticias
necrológicas del libro de Génesis están concebidas de esta manera: "Y
fueron todos los días que vivió 140 Adán
novecientos treinta años; y murió". "Y fueron todos los días de Set
novecientos doce años; y murió". Acerca de otros, el registro sagrado
establece: "Murió en buena vejez, anciano y lleno de años".
ERA
TAN RARO que un hijo muriera antes que su padre, que un hecho tal era
considerado digno de ser registrado: "Murió Harán antes que su padre
Taré".
LOS PATRIARCAS desde Adán
hasta Noé, con pocas excepciones, vivieron casi mil años. Desde entonces el
promedio de la vida ha estado decreciendo.
EN
EL TIEMPO DE LA PRIMERA VENIDA DE CRISTO, la raza humana había
degenerado tanto, que no solamente ancianos, sino también personas de edad
media y jóvenes eran llevados desde todas las ciudades al Salvador, para ser
sanados de sus enfermedades. Muchos trabajaban bajo una increíble carga de
miseria.
LA VIOLACIÓN DE LAS LEYES FÍSICAS, con su consecuente sufrimiento y su muerte prematura, ha prevalecido por tanto tiempo, que estos resultados se consideran como la suerte común de la humanidad; pero Dios no creó a la raza en una condición tan débil. Este estado de cosas no es obra de la Providencia, sino del hombre. Es el producto de hábitos erróneos: es la consecuencia de violar las leyes que Dios ha formulado para gobernar la existencia del hombre.
UNA TRANSGRESIÓN continua de las leyes naturales es una transgresión continua de la
ley de Dios. Si los hombres hubieran sido siempre obedientes a la ley de los
Diez Mandamientos, practicando en su vida los principios de aquellos preceptos,
la maldición de la enfermedad que ahora inunda al mundo no existiría.
"¿O
IGNORAS
que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el
cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por
precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu los
cuales son de Dios" (1 Cor: 6:19, 20).
CUANDO
LOS HOMBRES
siguen una conducta que consume innecesaria 141 mente su vitalidad o entenebrece su intelecto, pecan contra
Dios; no lo glorifican en su cuerpo y en su espíritu, que son de Dios.
SIN
EMBARGO,
a pesar del insulto que el hombre ha inferido a Dios, el amor divino todavía se
extiende a la humanidad; y el permite que brille la luz, habilitando a los
hombres a ver que, a fin de vivir una vida perfecta, deben obedecer las leyes
naturales que gobiernan su ser. ¡Cuán importante es, pues, que el hombre ande
en esta luz, ejercitando todas sus facultades, tanto las del cuerpo como las de
la mente, para la gloria de Dios!
NOS ENCONTRAMOS en un mundo que está
opuesto a la justicia, o sea a la pureza de carácter, y especialmente opuesto
al crecimiento en la gracia.
DONDEQUIERA que miremos, vemos contaminación
y corrupción, deformidad y pecado. ¡Cuán opuesto es todo esto a la obra que
debe realizarse en nosotros precisamente antes de recibir el don de la
inmortalidad!
LOS ELEGIDOS DE DIOS deben aparecer puros en
medio de las corrupciones que pululan entre ellos en estos últimos días. Sus
cuerpos deben ser hechos santos, sus espíritus puros. Si esta obra ha de
realizarse, debe ser abordada de inmediato, con fervor y en forma inteligente.
El Espíritu de Dios debe tener perfecto dominio, para influir toda acción...
LOS HOMBRES han mancillado el templo del
alma, y Dios les exige que despierten y que luchen con toda su fuerza para
reconquistar la virilidad que Dios les concedió. Nada sino la gracia de Dios
puede convencer y convertir el corazón; solamente de él pueden los esclavos
de la costumbre recibir poder para quebrantar las cadenas que los atan.
ES IMPOSIBLE que un hombre
presente su cuerpo como sacrificio vivo, santo aceptable a Dio, mientras
continúa complaciendo hábitos que lo privan del vigor físico, mental y moral.
DE NUEVO EL APÓSTOL DICE: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de 142 vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Rom. 12:2).
Consejos Sobre El Régimen Alimenticio (EGW). MHP
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