Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las
repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el
camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Deuteronomio 6:6,7.
“Carta a un padre, que descuidó
enseñar a sus hijos, sobre la importancia de observar el día de reposo”
Usted no ha
valorado en su familia la santidad del sábado, no la ha enseñado a sus
hijos, ni les ha
encarecido la necesidad de guardarlo de acuerdo con el
mandamiento.
Su
discernimiento no es claro y dispuesto para percibir la elevada norma que
debemos alcanzar para ser
observadores de los mandamientos.
Pero Dios lo
ayudará en sus esfuerzos cuando se
aferre a la tarea con fervor.
Debe
poseer un control perfecto de sí mismo, y entonces
podrá tener más éxito al
controlar a sus hijos cuando
son indisciplinados.
Tiene
una gran tarea por delante para enmendar sus descuidos pasados, pero no se le
exige que la realice en su propia fuerza. Ángeles ministradores lo ayudarán en la tarea.
No abandone
el trabajo ni ponga a un lado la carga, sino posesiónese de él con
voluntad y repare sus grandes descuidos.
Debe
tener una visión más elevada de las demandas de Dios con respecto a su día
santo. Todo
lo que posiblemente pueda hacerse en los seis días que Dios le ha dado, debe
ser hecho. No debe robar a Dios ni una hora de su tiempo sagrado.
Se prometen grandes bendiciones a los que tienen una alta estima
del sábado y se dan cuenta de las obligaciones que descansan sobre ellos en
cuanto a su observancia: “Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu
voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y
lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni
hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré
subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu
padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado”. Isaías 58:13,14.
Cuando
comienza el sábado debemos ponernos en guardia, velar
sobre nuestros actos y nuestras palabras, no sea
que robemos a Dios, dedicando a nuestro uso el tiempo
que pertenece estrictamente al Señor...
Nada de lo que a los ojos del cielo será considerado como violación del santo sábado debe dejarse para ser dicho o hecho en sábado. Dios requiere no sólo que evitemos el trabajo físico en sábado, sino que disciplinemos nuestra mente para que se espacie en temas sagrados.
Testimonies for the Church 2:701-703. [147]
AUDIO.
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