Hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios. Romanos 12:1.
Si los que están relacionados con
esta empresa [el Instituto de Salud, en Battle Creek] cesaran de mirar su trabajo desde un punto de vista
altamente religioso, y descendieran de los elevados principios
de la verdad presente para imitar en teoría y práctica los principios que rigen a las instituciones donde se trata a los enfermos sólo para recuperar la salud, la bendición especial de Dios no descansaría sobre
nuestra institución más que sobre aquellas instituciones donde se enseñan y practican
teorías corruptas.
Vi que no puede realizarse una
obra muy extensa en un corto tiempo, pues no sería un asunto fácil encontrar médicos a quienes Dios pueda aprobar y que trabajen juntos en
forma armónica, desinteresada y celosamente por el bien de la humanidad
sufriente.
Siempre debe mantenerse en forma destacada que el gran propósito para ser
alcanzado a través de este canal no es sólo la salud, sino la
perfección, y el espíritu de santidad, lo que no puede ser alcanzado con cuerpos y mentes enfermas.
Este propósito no puede asegurarse trabajando meramente desde el punto de vista mundanal.
Dios suscitará hombres y los
calificará para que se ocupen en la obra, no sólo como médicos del cuerpo, sino también del alma enferma de pecado; como padres
espirituales para los
jóvenes y los inexpertos...
El Ejercicio Como Medida De Restauración
Es un gran error pensar que las personas que
han abusado de sus facultades mentales y fuerzas físicas, o que han padecido algún quebrantamiento físico o nervioso, necesitan suspender sus actividades corporales con el fin de
recuperar la salud. En casos aislados, puede ser necesario
mantener reposo completo durante un tiempo definido; pero estos casos son
raros.
La mayoría de
las veces el cambio sería demasiado drástico para que reportara
algún beneficio. Los que sufren
algún quebranto como resultado de un esfuerzo mental intenso
necesitan reposar de su actividad intelectual agotadora.
Sin embargo,
hacerles creer que para ellos sería impropio o peligroso ejercer sus facultades
mentales, los induciría a
considerar su condición como peor de lo que realmente es.
A las personas que han abusado de
sus fuerzas físicas no se les debe aconsejar que abandonen completamente el trabajo corporal.
Muchas veces privarlos totalmente del ejercicio contribuiría a estorbar la recuperación de su salud...
La inactividad es la peor maldición que podría recaer sobre alguien que estuviera en una condición tal. Sus fuerzas llegan a estar tan inactivas, que les es imposible resistir la enfermedad y la languidez, que es lo que deben resistir para recobrar la salud.
Testimonies for the Church 1:554-556. Ver Consejos sobre la Salud,
196. [289]
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