¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo
que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma
con grosura. Isaías 55:2.
Del Tema: La Fidelidad En
La Práctica De La Reforma Pro Salud Y Los Extremismos En La Alimentación/ Experiencias De La Autora”
Algunos de
nuestros miembros se abstienen concienzudamente de alimentos que no son
higiénicos, pero no suministran a su
organismo los elementos que necesita para sustentarse. Los que llevan al
extremo la reforma pro salud corren el
riesgo de preparar alimentos insípidos y que no satisfagan.
Los alimentos
deben ser preparados de modo que sean apetitosos y nutritivos. No debe
despojárselos de lo que nuestro organismo necesita.
Yo hago uso de un poco de sal y siempre lo he hecho,
porque la sal, lejos de ser nociva, es indispensable para la
sangre. Las legumbres debieran hacerse más
agradables aderezándolas con un poco de leche o
crema, o su equivalente.
Si
bien se han dado advertencias con relación a los
peligros de enfermedad que
derivan de la mantequilla y al mal que ocasiona el uso copioso de
huevos por parte de las criaturas, no
debe considerarse como una violación de nuestros principios el consumo de huevos provenientes de gallinas bien cuidadas y convenientemente alimentadas. Los huevos
contienen ciertos principios que obran eficazmente contra determinados venenos.
Algunos, al abstenerse de leche,
huevos y mantequilla, no proveyeron a su cuerpo de una alimentación adecuada, y como consecuencia se han debilitado e incapacitado para el
trabajo.
De esta
manera, la reforma pro salud ha sido desacreditada. La obra que nos hemos esforzado por levantar sólidamente se confunde
con las extravagancias que
Dios no ha ordenado, y las energías de la iglesia se ven estorbadas.
Pero
Dios intervendrá para contrarrestar los resultados de ideas tan extremistas. El propósito del evangelio es reconciliar a la raza
pecaminosa. Debe llevar a pobres y a ricos a los pies de Jesús.
Llegará el
tiempo cuando tal vez tengamos que dejar algunos de los alimentos que usamos
ahora, como la
leche, la crema y los huevos; pero no necesitamos crearnos dificultades por
restricciones prematuras y exageradas. Esperemos
hasta que las circunstancias lo exijan y que el Señor prepare el camino...
No
contrarrestemos la reforma pro salud al no reemplazar por manjares
sanos y agradables los alimentos nocivos que hemos abandonado.
En manera alguna debe fomentarse el uso de estimulantes. Comamos solamente alimentos sencillos y sanos, y demos gracias a Dios constantemente por los principios de la reforma pro salud. Seamos fieles e íntegros en todas las cosas y alcanzaremos preciosas victorias.
Joyas de los Testimonios 3:361-363. [298]
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