Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las
Escrituras. Lucas 24:45.
Abran la Biblia ante los jóvenes, dirijan su atención a los tesoros
ocultos que ella encierra, enséñenles a buscar sus joyas de verdad y
obtendrán ellos una fuerza intelectual que no podrá impartirles el estudio de
todo lo que abarca la filosofía.
Los grandes temas que la Biblia
trata, la digna sencillez de sus declaraciones inspiradas, los temas elevados que presenta a la mente, la luz penetrante y
clara que fluye del trono de Dios y alumbra el entendimiento, desarrollarán las facultades de la mente hasta un punto que
difícilmente pueda ser comprendido y que nunca será plenamente
explicado.
La Biblia presenta a la imaginación un campo
ilimitado, tanto más
elevado y noble que las creaciones superficiales del intelecto no santificado
como los cielos son más altos que la tierra.
La historia inspirada de
nuestra especie es colocada en las manos de todo individuo. Todos pueden
ahora empezar su investigación.
Pueden familiarizarse con nuestros primeros padres cuando
estaban en el Edén, en estado de santa inocencia, gozando de la comunión con
Dios y los ángeles inmaculados.
Pueden investigar la introducción del pecado y sus
resultados sobre la especie, y seguir paso a paso el curso de la historia
sagrada que registra la desobediencia e impenitencia de la raza humana y la
justa retribución por el pecado.
Los lectores pueden tener trato con los patriarcas y
profetas; pueden moverse a través de las escenas más inspiradoras; pueden
contemplar a Cristo, el Monarca del cielo, igual a Dios, que tomó la
forma humana y realizó el plan de salvación, quebrantando las cadenas con que
Satanás había atado a los mortales y haciendo posible para ellos recobrar su
condición de humanidad hecha a la imagen de Dios.
El hecho de que Cristo adoptara la
naturaleza humana, y se mantuviera al nivel del hombre durante treinta años, y
entonces ofrendara su alma en propiciación por el pecado para que la familia
humana no pereciese, constituye un tema digno del más profundo pensamiento y
del más concentrado estudio...
La gente pudo haber disfrutado de la preparación de las escuelas, y pudo haberse familiarizado con los grandes escritores en teología; sin embargo, la verdad abrirá la mente y la impresionará con un poder nuevo y sorprendente cuando la Palabra de Dios se escudriñe y se examine con un deseo ferviente y piadoso de entenderla. The Review and Herald, 11 de enero de 1881.
Mensajes
para los Jóvenes, 252, 253. [119]
AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=LPS5VtQlZjw&list=PLVsLdOIe7sVsndBsfKOBF2uzbn5vjp87i&index=21&pp=sAQB
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