Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y
no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña
todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado,
permaneced en él. 1 Juan 2:27.
Creamos en la
Palabra de Dios. Quien se alimente de ese modo del Pan del cielo, y se
nutra así todos los días, sabrá qué significan las palabras: “No tenéis
necesidad de que nadie os enseñe”.
Disponemos de lecciones puras disponibles de los
labios de nuestro Dueño, quien nos ha comprado por el precio de su propia
sangre.
La preciosa Palabra de Dios es
un fundamento sólido sobre el cual podemos construir.
Cuando aparezca la gente con sus suposiciones, díganles que el gran Maestro les ha dejado su Palabra, que es de incalculable valor, y que ha enviado un Consolador en su propio nombre, es a saber, el Espíritu Santo.
“Él
os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. Juan
14:26.
Aquí se nos presenta un rico banquete, del cual pueden
participar todos los que creen que Cristo es su Salvador personal. Es
el árbol de la vida para todos los que sigan alimentándose de él. —Cada Día con Dios, 292.
Se
me ha ordenado que pregunte a los que profesan
recibir a Cristo como su Salvador personal: ¿Por qué no hacen caso de las
palabras del Gran Maestro, y envían sus cartas a seres humanos para conseguir
palabras de consuelo?
¿Por qué confían en la ayuda humana cuando tienen las
numerosas, plenas y grandes promesas: “El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí
permanece y yo en él... Éste es el pan que descendió del cielo; no como
vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá
eternamente” Juan 6:56,58?
Pueden morir, pero
la vida de Cristo en ellos es eterna, y serán resucitados en el último día.
“El espíritu es el que da
vida; la carne
para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”
Juan 6:63...
Se me ha
instruido por la Palabra de Dios que sus promesas son para mí
y para cada hijo e hija de Dios.
El banquete está
puesto delante de nosotros; estamos invitados a comer la Palabra de Dios que
fortalecerá cada músculo y tendón espirituales.
Manuscript Releases, 132, 133.
[123]
AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=_a0-thQd9so&list=PLVsLdOIe7sVsndBsfKOBF2uzbn5vjp87i&index=25&pp=sAQB
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