Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 2 Corintios 12:9.
Nadie
puede estar situado de tal manera
que no pueda obedecer a Dios. Los cristianos de hoy tienen demasiada poca fe. Están dispuestos a trabajar por Cristo y por
su causa sólo cuando pueden ver un panorama de resultados
favorables.
La gracia divina ayudará los esfuerzos de cada verdadero creyente. Esa gracia es suficiente para nosotros en todas las
circunstancias.
El Espíritu de Cristo ejercerá su poder renovador y perfeccionador sobre el carácter de todos los que sean fieles
y obedientes.
Dios es el
gran YO SOY, la fuente del ser, el centro de autoridad y poder. Cualquiera sea la condición o situación de
sus criaturas, no
pueden tener excusa suficiente para rehusar obedecer los pedidos de Dios.
El Señor nos
tiene por responsables de la luz que
brilla en nuestro sendero. Podemos
estar rodeados por dificultades que nos parecen
insuperables, y por causa de ellas podemos tratar de
excusarnos de obedecer la verdad tal cual es en Jesús; pero no podemos ofrecer una excusa razonable.
Poder
hacerlo significaría demostrar que Dios es injusto al imponer condiciones de salvación que
sus hijos no sean capaces de cumplir...
Los
cristianos no deben colocar ante su imaginación todas las pruebas que pueden ocurrir antes del fin de la carrera.
No tienen sino que comenzar a servir
a Dios, y vivir y trabajar cada día para la gloria de Dios ese
día, y los obstáculos que parecían insuperables menguarán gradualmente cada vez más; o, si les sobreviene todo lo que han temido, la gracia de Cristo les será impartida de acuerdo con su necesidad.
La fuerza
aumenta con las dificultades a las que se les hace frente y se
vencen.
Aquellos cuyo corazón está resuelto a servir a Dios, encontrarán oportunidades para servirle. Orarán, leerán la Palabra de Dios, buscarán la virtud y abandonarán el vicio.
Pueden
arrostrar el desprecio y las mofas mientras miran hacia Jesús, el Autor y
Consumador de nuestra fe, que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, pero la ayuda y la gracia están prometidas por Aquel
cuyas palabras son verdad. Dios no fallará en
cumplir su promesa a todos los que
confían en él. Sketches
From the Life of Paul, 296-298. [201]
No hay comentarios:
Publicar un comentario