Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos
de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
1 Juan 2:16.
Del Tema: “El Peligro De La Codicia Y La Victoria De
Cristo”
En El Pueblo de
Dios hay muchos que están adormecidos por el espíritu del mundo, y que niegan
su fe mediante sus obras.
Cultivan el
amor al dinero, a las casas y las tierras, hasta que éste absorbe las
facultades de la mente y el ser, y desplaza el
amor al Creador y a las almas por quienes Cristo murió.
El
dios de este mundo ha cegado sus ojos; sus intereses eternos pasan a ocupar un lugar secundario; y colocan un máximo de
exigencia sobre el cerebro, los huesos y los músculos con el fin de
aumentar sus posesiones mundanales.
Y
toda esa acumulación de preocupaciones y cargas se efectúa en violación
directa de esta orden dada por Cristo: “No acumulen para sí tesoros en la
tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a
robar”. Mateo 6:19 (NVI).
Olvidan que él también dijo: “Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo”; y al olvidarlo, obran en favor de sus propios intereses.
El tesoro
acumulado en el cielo está seguro; ningún ladrón puede aproximarse a él ni la polilla puede arruinarlo. Pero su tesoro
está en la tierra y sus afectos están sobre sus tesoros.
EN EL
DESIERTO Cristo enfrentó las grandes tentaciones que asaltarían
a la humanidad. Allí, con las manos
desnudas, se encontró con el
enemigo astuto y sutil y lo
venció.
La primera
gran tentación fue dirigida hacia el apetito; la segunda, hacia
la presunción; la tercera, hacia
el amor al mundo.
Los
Tronos Y Los Reinos de este mundo y su gloria fueron ofrecidos a Cristo. Satanás llevó
el honor mundanal, las riquezas y los placeres de la vida, y se los presentó bajo la luz más
atrayente con el fin de
tentarlo y engañarlo. Le dijo: “Todo esto te daré si te postras y me adoras”. Mateo 4:9 (NVI). Sin
embargo Cristo rechazó al astuto enemigo y
salió victorioso...
El ejemplo de Cristo está ante nosotros. Él venció a Satanás y nos mostró cómo nosotros también podemos vencerlo. Cristo resistió a Satanás mediante las Escrituras. Pudo haber echado mano de su propio poder divino, y haber empleado sus propias palabras; pero dijo: “Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Mateo 4:4.
Si los cristianos estudiaran y obedecieran las Sagradas Escrituras, Recibirían poder para hacer frente a la tentación del astuto enemigo; pero la Palabra de Dios es descuidada, y como consecuencia de esto se producen desastres y derrotas. Consejos sobre Mayordomía Cristiana, 221,222. [195]
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