Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos... Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte. Éxodo 19:10,17.
Dios se propuso hacer de la ocasión en que iba a pronunciar su ley una escena de imponente grandeza, en consonancia con el exaltado carácter de esa ley.
El pueblo debía comprender que todo lo relacionado con el servicio de Dios debe
considerarse con gran reverencia.
El Señor dijo
a Moisés: “Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana, y laven
sus vestidos; y estén apercibidos para el día tercero, porque al tercer día
Jehová descenderá, a ojos de todo el pueblo, sobre el monte de Sinaí.”
Durante esos días, todos debían dedicar su
tiempo a prepararse solemnemente para aparecer ante Dios. Sus personas y sus ropas debían estar libres de toda
impureza. Y cuando Moisés les señalara sus pecados, ellos debían humillarse,
ayunar y orar, para que sus corazones pudieran ser limpiados de iniquidad. PP
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(Del Tema: Una lección del pasado
sobre el orden y limpieza)
Algunos
piensan que para efectuar esa separación del mundo que la Palabra de Dios
requiere, deben descuidar su manera de vestir.
Hay una clase de hermanas que piensa que está
practicando el principio de no conformidad con el mundo... al vestirse el día sábado con el mismo traje que
llevan durante la semana, para estar en la asamblea de los santos y participar
en el culto a Dios. Y algunos de los hombres que profesan ser cristianos
contemplan bajo la misma luz la cuestión de la vestimenta…
Esta clase de personas, si tuvieran que encontrarse con amigos honrados por
el mundo y si quisieran ser especialmente favorecidos por ellos, se esforzarían por presentarse con la mejor ropa que pudieran conseguir, porque esos amigos se sentirían ofendidos si
aparecieran... despeinados, con la ropa sucia y en desorden.
Sin embargo, estas personas piensan que no importa
en qué forma se vistan ni cuál sea la condición de su persona cuando se reúnen
el sábado para adorar al gran Dios. Se congregan en su casa, que es como la cámara de
audiencias del Altísimo, donde los ángeles celestiales ministran, con poquísimo
respeto o reverencia, según lo indica su persona y vestimenta.
Toda su apariencia revela el
carácter de estos hombres y de estas mujeres.
El tema favorito de esta clase de personas es el orgullo tal como se manifiesta en
la vestimenta. Consideran como orgullo la decencia, el gusto y el orden.
La conversación, las obras y los negocios de estas almas engañadas guardan una estrecha relación con la ropa que llevan.
Son descuidadas, y a veces tienen una conversación rastrera en sus hogares, entre sus hermanos y ante el mundo.
La ropa de una persona y la forma como se la lleva generalmente se consideran como un exponente de su personalidad.
Los que son
descuidados y desaliñados en su manera de vestir, difícilmente
tienen una conversación elevada, y poseen sentimientos muy poco refinados. Algunas veces consideran como humildad la
rudeza y la vulgaridad... Nuestro
Dios es un Dios de orden y no le agrada la distracción, la suciedad ni el
pecado. Mensajes
Selectos 2:540,541. [194]
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