Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se
puede esconder. Mateo 5:14.
Hay una cosa
en el mundo que es el objeto de la mayor solicitud de Cristo. Es su iglesia en la tierra; porque
sus miembros deben ser
representantes de él en espíritu y en
carácter.
El mundo debe reconocer en ellos a los representantes del cristianismo, a los depositarios de las sagradas
verdades en las cuales están almacenadas las joyas más preciosas para el
enriquecimiento de otros.
A través de
las edades de oscuridad
moral y de error, a través de los siglos de lucha y persecución, la iglesia de Cristo ha sido como una ciudad asentada en lo alto de una colina.
De generación en generación, a través de las generaciones sucesivas hasta el tiempo
presente, las doctrinas puras de la
Biblia se
han estado desplegando dentro de sus límites.
Pero
para que la iglesia en la tierra pueda ser un poder educador en el mundo, debe cooperar con la iglesia en el cielo.
El corazón de los
que son miembros de iglesia deben abrirse para
recibir cada rayo de luz que Dios eligió
impartir.
Dios tiene
luz para impartirnos de acuerdo con
nuestra capacidad para recibirla, y
mientras recibimos la luz, seremos capaces de
recibir más y más de los rayos del
Sol de justicia...
Cada
uno de nosotros está a prueba, en una escuela, donde se nos requiere ser
estudiantes diligentes. Se nos ordena que caminemos en la luz, como
Cristo está en la luz.
Es
al caminar en la luz cuando aprendemos de Dios, y “esta es la
vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, al
cual has enviado”. Juan 17:3.
Estas son las palabras de aquel que estaba con el
Padre antes de que el mundo fuera, y las pronunció mientras oraba por todos los que iban a creer en Dios por medio de las palabras de sus
discípulos.
Conocer a Dios en sus obras es verdadera
ciencia. Continuemos conociendo al Señor hasta
que conozcamos que sus salidas están
preparadas como la mañana...
Las almas
fieles han
constituido la iglesia de Dios en la tierra, y él las ha
llevado a una relación de pacto consigo mismo, uniendo su iglesia en la tierra con su iglesia
en el cielo.
Ha enviado a ángeles celestiales para velar por su iglesia, y las puertas del infierno no fueron capaces de prevalecer contra su pueblo.
Manuscript Releases, 265,266. [211]
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