Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas
falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y tu madre. Marcos 10:19.
La gente no
admite las exigencias de la ley de Dios, que son muy claras, y toma generalmente un curso de
acción ilegal; por causa
de que se han puesto por mucho tiempo al lado del
gran rebelde en su guerra contra la ley de Dios, ley que es el fundamento de su gobierno en el cielo y en la tierra, es que ya están adiestrados en hacer ese trabajo.
En su lucha no abrirán sus ojos o conciencia a la luz. Cierran sus ojos,
no sea que lleguen a iluminarse.
El caso es tan desesperado
como fue el de los judíos que no vieron la luz que Cristo les trajo.
Las
evidencias maravillosas que les dio de su mesianismo en los milagros que realizó, al curar a los enfermos, levantar a los
muertos y en hacer las obras que ningún otro hombre había hecho o podía hacer, en vez de ablandar
y subyugar su corazón, y vencer sus malvados prejuicios, los inspiró con odio y
furia satánicas como
las que Satanás poseía cuando fue arrojado del cielo.
Cuanto
mayor luz y evidencia tuvieron, mayor fue su odio. Estaban decididos a
extinguir la luz matando a Cristo...
Nuestra obra
debe consistir en
aprovechar cada oportunidad de presentar la verdad en su pureza y sencillez, siempre que exista el deseo o el
interés de escuchar las razones
de nuestra fe.
Los que se han
espaciado mayormente sobre las profecías y los puntos teóricos de nuestra fe, deben
sin demora llegar a ser estudiantes de la Biblia sobre temas prácticos.
Deben tomar una dosis más
profunda de la fuente de la divina verdad. Deben
estudiar cuidadosamente la vida de Cristo y sus lecciones de
piedad práctica, dadas para el
beneficio de todos y para ser la regla del correcto vivir para todos los
que creen en su nombre.
Deben ser
imbuidos con el espíritu de su gran Ejemplo, y tener un sentido elevado de la
vida sagrada de un seguidor de Cristo. Testimonies for the Church 3:213, 214. [260]
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