El pueblo que andaba en tinieblas, vio gran luz; los que moraban en
tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. Isaías 9:2.
Todo
cristiano tendrá un espíritu misionero. Llevar fruto es trabajar como Cristo
trabajó, amar a las almas como él nos amó.
El primer
impulso de un corazón renovado es llevar a otros al Salvador; y tan
pronto como una persona se convierte a la verdad, siente un deseo fervoroso de que
los que están en tinieblas vean la luz preciosa que brilla de la Palabra de
Dios...
Se necesitan
misioneros para esparcir la luz de la verdad en... las grandes
ciudades, y los hijos de
Dios, aquellos a los que él llama la luz del mundo, deben
estar haciendo todo lo que pueden en esa dirección.
Se
encontrarán con desánimo, tendrán oposición. El enemigo les susurrará: ¿Qué
pueden hacer estas pocas personas en esta gran ciudad?
Pero si ustedes caminan en la luz, cada uno
de ustedes puede ser un portador de luz para el mundo.
No traten de
realizar alguna gran obra y [al mismo tiempo] descuidar las pequeñas
oportunidades que tienen a mano.
Podemos
hacer mucho siendo ejemplos de la verdad en nuestra vida diaria. La influencia que
así podemos ejercer, no puede ser
resistida fácilmente.
La Gente
Puede Combatir Y Desafiar Nuestra Lógica; puede resistir nuestras
súplicas, Pero Una Vida Con
Un Propósito Santo, de amor desinteresado en su favor, es un argumento
en favor de la verdad que no pueden contradecir.
Se puede
realizar mucho más por una vida humilde, dedicada y virtuosa de lo que puede lograrse por la
predicación cuando falta un ejemplo piadoso.
Usted puede
trabajar para edificar la iglesia, para animar a sus
compañeros creyentes y hacer
interesantes las reuniones de testimonios, y puede dejar que sus oraciones salgan
como hoces afiladas, junto con los
trabajadores en el campo de la cosecha. Cada uno debe tener un interés
personal, una carga del alma, para velar y orar por el éxito de
la obra.
Usted
también puede con mansedumbre llamar la atención
de otros a las verdades preciosas que hay en la
Palabra de Dios.
Debería
instruirse a los jóvenes para que puedan trabajar en esas
ciudades.
Tal Vez Nunca puedan
ser capaces de presentar la verdad desde su mesa de trabajo, pero pueden ir de casa en casa y señalar a la gente
al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
El Polvo Y La
Basura Del Error han enterrado las preciosas gemas de la verdad; Pero Los
Obreros Del Señor pueden dejar al descubierto esos tesoros, De Manera Que
Muchos puedan contemplarlos con placer y con respeto. Historical Sketches of the Foreign Missions of the
Seventh Day Adventist, 181,182. [274]
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