Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas;
porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni
sabiduría. Eclesiastés 9:10.
La parábola de los talentos debería ser materia de estudio y oración más cuidadosos, porque tiene una aplicación para cada hombre, mujer y niño que posean la capacidad de razonamiento.
La obligación y responsabilidad están en proporción a los talentos que
Dios concede a cada uno. No hay un solo seguidor de Cristo que no tenga un don peculiar para usar
y del cual es responsable ante Dios.
Muchos han presentado excusas
por no cumplir su servicio a Cristo diciendo que otros tienen mayores dones o
ventajas que ellos. Ha prevalecido la opinión de
que sólo los que tienen talentos especiales deben santificar sus capacidades
para el servicio de Dios. Se ha llegado a entender
que los dones se dan sólo a unos que son favorecidos con exclusión de otros,
quienes, por supuesto, no son llamados a compartir las penurias o las
recompensas.
Pero
en la parábola el asunto no se presenta de ese modo.
Cuando el señor de la casa llamó a sus siervos, dio a cada uno
su obra.
Toda la familia de Dios está incluida en la responsabilidad de
usar los bienes de su Señor.
Toda persona, desde la más insignificante y
desconocida hasta la más importante y exaltada, es un agente moral dotado con
capacidades por las cuales tiene responsabilidades ante Dios.
En
grado mayor o menor, todos están a cargo de los talentos de su Señor.
Las capacidades espirituales, mentales y físicas, la
influencia, la posición, las posesiones, los afectos y las simpatías, todos son talentos preciosos para ser usados en la causa
del Maestro para la salvación de las personas por quienes
Cristo murió...
Dios requiere que cada uno sea un obrero en su
viña.
Usted ha de
realizar la tarea que le fue asignado, y ha de hacerla con fidelidad.
“Todo lo que te viniere a la mano
para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde
vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”. The Review and Herald, 1 de mayo de 1888. Recibiréis
Poder, 220. [85]
AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=QRAt5AMMPi0&list=PLVsLdOIe7sVu8i3spxZdlwjNyR-2pWNT5&index=18&pp=sAQB
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