Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo, el que había recibido dos, ganó también otros dos. Mateo 25:16,17.
“Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”.
El precio del rescate fue pagado por cada hijo e hija de
Adán, y [el hecho] de que los que han sido rescatados por la sangre preciosa de
Cristo rehúsan ser leales a él, no los protegerá de la retribución que vendrá
sobre en ellos en el último día.
Tendrán que responder por su
descuido en usar los talentos que le fueron confiados por el Maestro.
Tendrán que responder por sus oprobios
contra su Hacedor y Redentor, y por lo que le sustrajeron a Dios, retirando sus
talentos de su servicio y enterrando en la tierra los bienes de su Señor.
La familia humana está compuesta de agentes morales responsables, y
desde el más alto y más dotado hasta el más bajo y más humilde, todos están
dotados con los bienes del cielo.
El tiempo es un talento confiado por Dios,
y debe ser empleado diligentemente en el servicio de Cristo.
La influencia es un don de Dios, y debe ejercerse
para promover los propósitos más elevados y nobles.
Cristo murió en la cruz del Calvario para que
toda nuestra influencia pudiera usarse para levantarlo ante un mundo que
perece.
Los que contemplan a la Majestad del cielo muriendo en la
cruz por sus transgresiones, valorarán su influencia sólo cuando atraiga a
hombres y a mujeres a Cristo, y la usarán sólo para ese propósito.
El intelecto es un talento que se nos ha confiado. La simpatía y el afecto son talentos que deben ser
protegidos y mejorados de manera sagrada para que podamos prestar servicio a
Aquel de quien somos su posesión adquirida.
Todo lo que
somos o podemos ser pertenece a Dios.
La educación, la disciplina y las habilidades en cualquier
especialidad debieran usarse para él...
Ya sea que la cantidad confiada
sea grande o pequeña, el Señor requiere que sus dueños hagan lo mejor que puedan.
No es la cantidad que se nos ha confiado o la mejora
hecha lo que les da a hombres y a mujeres la aprobación del cielo, sino que lo
que trae la bendición divina es la fidelidad, la lealtad a Dios, el servicio
prestado con amor.
“Bien, buen siervo
y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu
Señor” (Mateo 25:21).
Esta recompensa de gozo no espera hasta
que entremos en la ciudad de Dios, sino que el siervo fiel tiene un goce anticipado
de ella aun en esta vida.
The Signs of the Times, 23 de enero de 1893. [90]
AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=3Zgrvt-5M9o&list=PLVsLdOIe7sVu8i3spxZdlwjNyR-2pWNT5&index=23&pp=sAQB
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