Levantándose muy de mañana,
siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar
desierto, y allí oraba. Marcos 1:35.
Porque
la vida de Jesús fue una vida de confianza constante, sostenida por la comunión continua, su servicio
para el cielo fue sin fracaso ni vacilación. Diariamente
asediado por la tentación, constantemente contrariado por los dirigentes del pueblo, Cristo sabía que debía
fortalecer su humanidad por medio de la oración. Con el fin de ser útil a la humanidad, debía comulgar con
Dios, y obtener de él energía, perseverancia y constancia.
El Salvador amaba la
soledad de la montaña para estar en comunión con su Padre. Durante
el día trabajaba ardorosamente para salvar a hombres, a mujeres y a
niños de la destrucción. Sanaba a los enfermos, consolaba a los que lloraban, devolvía
la vida a los muertos,
e infundía esperanza
y alegría a los que desesperaban.
Terminada su labor del día se apartaba, noche tras noche,
de la confusión de la ciudad, y se postraba
ante su Padre
en oración. Con frecuencia seguía
elevando sus peticiones
durante toda la noche; pero salía de estos momentos de comunión vigorizado y refrigerado, fortalecido para el deber y la prueba.
¿Están los ministros de Cristo tentados y fieramente azotados por Satanás? Así también
lo fue Aquel que no conoció pecado.
En la hora de angustia
se volvía hacia su Padre.
Siendo él mismo una
fuente de bendición y fuerza,
podía sanar a los enfermos
y resucitar a los muertos;
podía dar órdenes
a la tempestad y ésta le obedecía; sin embargo, oraba muchas veces con fuerte
clamor y lágrimas.
Oraba por
sus discípulos y por sí mismo,
identificándose así con los seres humanos. Él
era poderoso en la oración. Como Príncipe de la vida, tenía poder con
Dios, y prevalecía...
Los que enseñan y
predican más eficazmente son quienes esperan humildemente en Dios, quienes
tienen hambre de dirección y gracia.
Velar, orar, trabajar,
tal es la consigna del cristiano. La vida de un verdadero cristiano es una vida de
oración constante. Él sabe que la luz y fuerza de un día no bastan para las pruebas y los conflictos del siguiente.
Satanás está de
continuo cambiando sus tentaciones. Cada día nos veremos colocados en
circunstancias diferentes; y en las escenas
desconocidas que nos aguardan, estaremos rodeados de nuevos peligros y constantemente asaltados por tentaciones
nuevas e inesperadas.
Es
únicamente por la fuerza y gracia recibidas del cielo como podemos esperar vencer las tentaciones
y cumplir los deberes que se nos presentan. Obreros Evangélicos, 269-271. 20
AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=peqWbHeC4Tw&list=PLVsLdOIe7sVtovwVd5uGiwjr745Ja5t-n&index=14&pp=sAQB
No hay comentarios:
Publicar un comentario