Y como Moisés levantó
la serpiente en el desierto,
así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado. Juan 3:14.
Por todo el campamento de Israel había dolientes y moribundos que habían sido picados por el aguijón mortal de las serpientes.
Pero Jesucristo habló desde la columna de nube y dio instrucciones
por medio de las cuales el pueblo podía ser
sanado. Se hizo la promesa de que cualquiera que mirase a la serpiente
de bronce, viviría; y se cumplió la
promesa en los que la miraban.
Pero si alguno decía: “¿Qué bien me hará mirar? Moriré ciertamente bajo el aguijón mortal de la serpiente”; si continuaban hablando de su herida mortal y declaraban que su caso era desesperado y no llevaban a cabo ese sencillo acto de obediencia, morirían. Pero cada uno que la miraba, vivía...
Ahora nuestra atención se dirige al gran Médico: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Juan 1:29. Igualmente, mientras miremos nuestros pecados y hablemos de ellos, y deploremos nuestra miserable condición, permanecerán nuestras heridas y podridas llagas. Nuestra alma encuentra esperanza y paz cuando quitamos la vista de nosotros mismos y la fijamos sobre el Salvador levantado.
El Señor nos habla por su Palabra y nos ordena: “Miren y vivan”. “El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz. Porque el que Dios envió, las palabras de Dios, habla; pues Dios no da el Espíritu por medida. El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano.
El que cree en el Hijo, tiene vida eterna”. Juan 3:33-36.
Hay razones por las que deberíamos animarnos a esperar la
salvación de nuestra alma. En
Jesucristo se hizo toda la provisión para nuestra salvación.
No importa cuáles hayan sido nuestros pecados y defectos, hay un manantial abierto en la casa de David para la purificación del pecado y la inmundicia. Zacarías 13:1.
“Venid luego, dirá Jehová, y estemos a cuenta:
si vuestros pecados fueren como la
grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán
a ser como blanca lana”. Isaías 1:18.
Esta es la palabra del Señor. ¿La aceptaremos? ¿Creeremos en él?
The
Signs of the Times, 2 de abril de 1894. [29]
AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=pKNco1WM0jw&list=PLVsLdOIe7sVtovwVd5uGiwjr745Ja5t-n&index=23&pp=sAQB
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