Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia;
haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que
venga y os enseñe justicia. Oseas 10:12.
Deseo
exhortar a los que están en posiciones de responsabilidad que despierten a su
deber, y que no pongan en peligro la causa de la verdad
presente ocupando a hombres y
a mujeres que son incompetentes para hacer la obra de Dios. Queremos a los que están dispuestos
a entrar en nuevos campos y a trabajar enérgicamente para el Señor.
Recuerdo haber visitado el Estado de
lowa cuando se estaba colonizando el campo, y vi a los agricultores cultivar el
campo. Observé que
tenían equipos fuertes y que hacían tremendos esfuerzos para hacer surcos
profundos, y los trabajadores obtenían fuerza y músculo por medio del ejercicio
de sus poderes físicos.
El trabajo duro
fortalecerá a nuestros jóvenes para que entren en campos nuevos y preparen el terreno
barbecho del corazón. Esta
tarea los llevará más cerca de Dios. Les ayudará a ver que por sí mismos son totalmente
incompetentes.
Deben ser completamente del Señor. Deben abandonar su amor propio y su
presunción, y vestirse del Señor Jesucristo. Cuando hagan
esto, estarán dispuestos a salir
fuera del campamento y llevar las cargas como buenos soldados de la cruz. Obtendrán
eficiencia y aptitud al dominar las dificultades y vencer
los obstáculos.
Se necesitan obreros para posiciones de
responsabilidad, pero deben ser quienes han dado una prueba
completa de su ministerio en su disposición a llevar el yugo de Cristo.
El
cielo considera con beneplácito esta clase de obreros.
Les amonesto para que tengan
el colirio, para que puedan discernir lo que Dios quiere que hagan.
Se predican
muchos sermones sin Cristo. Un conjunto de palabras sin poder sólo confirma a la gente en sus
recaídas. Que Dios nos ayude con el fin de que su
Espíritu pueda manifestarse entre nosotros.
No debemos
esperar hasta que vayamos a nuestros hogares para obtener las bendiciones del
cielo.
Los ministros deberían estar aquí con la gente para buscar a Dios, y trabajar desde el punto de vista correcto. Quienes han estado
por bastante tiempo en la obra, han estado demasiado complacidos
esperando que los aguaceros de la lluvia
tardía los reavivaran.
Somos el pueblo que, al igual que Juan, debemos preparar el camino del Señor; y si estamos preparados para la segunda venida de Cristo, debemos trabajar con toda diligencia para preparar a otros para el segundo advenimiento de Cristo, como lo hizo el precursor de Cristo para su primera venida, llamando a hombres y a mujeres al arrepentimiento...
The Review and Herald, 8 de octubre de 1889. [249]
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