Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su Señor pondrá sobre su
casa, para que a tiempo les de su
ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. (Lucas 12:42,43).
Ninguno tenga la idea de que está ganando el favor de Dios por confesar sus pecados, o que hay una virtud especial en confesarse ante seres humanos. Debe haber en la experiencia esa fe que obra por amor y purifica el alma. El amor de Cristo subyugará las inclinaciones de la naturaleza carnal.
La verdad no sólo lleva
dentro de sí misma la evidencia de su
origen celestial, sino que
demuestra, por medio de la
gracia del Espíritu de Dios, que la verdad
es eficaz en la purificación
del alma.
El Señor
quiere que vayamos día a
día a él con todas nuestras aflicciones y confesiones de
pecado, y él nos dará
descanso... Su Espíritu Santo llenará el alma con su influencia
clemente, y cada pensamiento será
llevado cautivo a la obediencia de Cristo.
Me
temo que por causa de algún error de su
parte, la bendición que Dios les ha dado... se convierta en maldición; que adquieran alguna idea falsa, de manera
que dentro de pocos meses se encuentren en una condición peor de la que estaban antes de
esa obra de reavivamiento.
Si no cuidan constantemente su alma, los incrédulos tendrán la peor impresión de ustedes. Dios no será glorificado con esta clase de servicio espasmódico. Tengan cuidado de no llevar
las cosas a los extremos y causar un oprobio duradero a la preciosa causa de Dios.
El
fracaso en el cual caen muchos es que, después que han sido bendecidos por Dios, no
tratan de ser una bendición para otros imitando la humildad de Cristo.
Ahora que se han sembrado palabras de vida eterna en su corazón, les ruego que caminen humildemente con Dios, hagan
las obras de Cristo y lleven mucho fruto para justicia.
Confío y oro
con el fin de que se comporten
como hijos e hijas del Altísimo, y
que no lleguen a ser extremistas
o a hacer alguna cosa que contriste al Espíritu de Dios.
No fijen su
vista en los seres humanos ni pongan sus esperanzas en ellos,
pensando que son infalibles. En vez de
eso, miren constantemente a Jesús.
No digan nada que
arroje oprobio sobre nuestra fe. Confiesen sus
pecados secretos solos ante Dios. Reconozcan las
idas y venidas de su corazón a Aquel que
conoce perfectamente cómo tratar sus
casos.
Si han
hecho mal a su prójimo, reconozcan... su pecado y muestren frutos de arrepentimiento
haciendo restitución. Después,
reclamen la bendición.
Vayan a
Dios, tal como son, y permítanle que él
cure todas sus debilidades. Insistan en su caso
ante el trono de la gracia y permitan que la
obra sea consumada. Sean sinceros en el
trato con Dios y su propia alma. Si van a él con un corazón verdaderamente contrito,
él les dará la victoria. Testimonies
for the Church 5:648, 649. [358]
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