Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. (Apocalipsis 12:10).
Dios está
apartando a sus hijos de las abominaciones del mundo para que puedan guardar su ley; a
causa de esto, la ira del “…acusador de nuestros hermanos…” No Tiene Límite. “…Porque el diablo ha descendido
a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo”. (Apocalipsis
12:10,12).
La verdadera
tierra de promisión está delante
de nosotros, y Satanás está resuelto
a destruir al pueblo de Dios y privarlo de su
herencia. Nunca fue
más necesario que hoy oír la advertencia: “Velad y orad, para
que no entréis en tentación…”. (Marcos 14:38). —Historia de los Patriarcas y Profetas, 745.
Estamos Viviendo Ahora En El Gran Día De La Expiación.
Cuando en
el servicio simbólico el sumo
sacerdote hacía la propiciación por Israel, todos debían
afligir su alma
arrepintiéndose de sus pecados y humillándose
ante el Señor, si no querían verse separados del pueblo.
De la misma
manera, todos los que
desean que sus nombres sean
conservados en el libro de la vida, deben ahora, en los
pocos días que les quedan de este tiempo de
gracia, afligir su alma ante Dios con verdadero
arrepentimiento y dolor por sus pecados.
Hay
que escudriñar honda y sinceramente el corazón. Hay que deponer el espíritu liviano y frívolo al
que se entregan tantos cristianos de profesión. Empeñada lucha espera a todos los que quieran
subyugar las
malas inclinaciones que tratan de dominarlos.
La Obra De
Preparación Es Una Obra Individual. No Somos Salvados En Grupos.
La pureza,
la devoción de uno no suplirá la falta de estas cualidades en
otro. Si bien todas las naciones deben pasar en
juicio ante Dios, Sin Embargo Él
Examinará el caso de cada individuo de un modo tan detenido y
penetrante como si no hubiese otro ser en la tierra. Cada cual tiene que ser probado y
encontrado sin mancha, ni arruga, ni cosa
semejante.
Solemnes son
las escenas relacionadas con la obra final de la expiación. Incalculables son
los intereses que ésta involucra.
El juicio se
lleva ahora adelante en el Santuario celestial... Pronto, nadie
sabe cuando, les tocará ser juzgados a los vivos... Cuando quede concluida la
obra del juicio investigador, quedará
también decidida la suerte de todos para vida o para muerte.
El tiempo de gracia terminará poco antes de que el Señor aparezca en las nubes del cielo. Al mirar hacia ese tiempo, Cristo declara en el Apocalipsis: “...He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”. Apocalipsis 22:12. El Conflicto de los Siglos, 544,545; Gospel Herald, agosto de 1910. [370]
No hay comentarios:
Publicar un comentario