Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio... (Génesis 18:19).
El plan
de Dios para nuestra salvación es perfecto en todo sentido. Si
realizamos fielmente los
deberes que nos han sido asignados, nos irá bien en
todo. Lo que causa la discordia y
provoca desdicha y ruina es nuestra apostasía.
Dios Nunca usa su
poder para oprimir a las
criaturas que son obra de
sus manos; Nunca requiere más de lo
que podemos realizar; Nunca castiga a sus
hijos desobedientes más de lo que es
necesario para inducirlos al
arrepentimiento O Para Disuadir
A Otros para que
no sigan su ejemplo. Es
inexcusable la rebelión contra Dios. —2CBA 993.
Los Juicios
De Dios Siguen Rápidamente
Sobre La Transgresión. Sus consejos y reproches, las
manifestaciones de su amor y misericordia, y
las demostraciones a menudo repetidas de su poder, todas son
una parte del plan de Dios para proteger a
su pueblo
del pecado, para hacerlos puros
y santos, con el fin de que él pueda ser su fuerza
y escudo y galardón sobremanera grande.
Pero Las
Transgresiones Persistentes de los israelitas, su prontitud para
desviarse de Dios y el olvido de sus
misericordias mostraron que
muchos habían elegido ser
siervos del pecado, más bien que hijos del Altísimo. Dios los había creado, Cristo los
había redimido.
De la
casa de servidumbre, su clamor de angustia ascendió al
trono de Dios, y él extendió su
brazo para rescatarlos en
consideración a ellos, trayendo desolación sobre
toda la tierra de Egipto. Les concedió
altos honores. Los hizo su pueblo
peculiar, y derramó sobre ellos innumerables
bendiciones. Si le obedecían, los haría una gran nación; una
alabanza y excelencia en toda la tierra.
Dios
tenía la intención de magnificar su nombre mediante su pueblo
elegido, mostrando la vasta diferencia entre los justos y
los impíos, los siervos de Dios y los
adoradores de ídolos.
Josué trató
de mostrar a su pueblo la inconsistencia de su
curso de apostasía. Les deseó que sintieran
que había llegado
el tiempo para hacer un cambio decidido, para que abandonaran todo
vestigio de idolatría y se volvieran al
Señor con todo su corazón.
Se esforzó para
impresionar sobre su mente el
hecho de que la apostasía abierta, no sería más
ofensiva ante Dios que la hipocresía, y una forma de adoración sin vida.
Si tener el favor de Dios era digno de algo, era digno de todo; así lo había decidido Josué, y después de pesar todo el asunto, había decidido servir a Dios con todo el corazón. Y más que esto, se esforzaría por inducir a su familia a seguir el mismo proceder.
The Signs of the Times, 19 de mayo de 1881. [363]
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