A Éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. (Hechos 5:31).
Hay muchos que tienen ideas
erróneas con respecto a la naturaleza del arrepentimiento. Piensan que no pueden ir a Cristo a
menos que se arrepientan primero, y que el
arrepentimiento los prepara para el
perdón de sus pecados.
Es verdad que el
arrepentimiento precede al perdón de los
pecados; porque sólo el
corazón contrito y quebrantado es el que sentirá la
necesidad de un Salvador.
Pero, ¿Deben
Esperar Los Pecadores Hasta Que Se Arrepientan Antes De Que Puedan Ir A Jesús? ¿Debe Ser El Arrepentimiento Un
Obstáculo Entre El Pecador Y El Salvador?
Dijo Jesús: “Y yo,
si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo”. (Juan 12:32).
Cristo está constantemente atrayendo gente
hacia sí mismo, mientras que Satanás está
buscando con diligencia cada estratagema
imaginable para alejarlos de su Redentor.
Cristo debe
ser revelado a los pecadores como el
Salvador que muere por los pecados del mundo; y mientras contemplan al
Cordero de Dios en la cruz del
Calvario, Los Misterios de la
redención comienzan a
desplegarse a la mente, y la
bondad de Dios los
conduce al arrepentimiento.
Aunque El Plan De Salvación Requiere El Estudio Más Profundo Del Filósofo, No Es Demasiado Profundo para la
comprensión de un niño.
Al morir por
los pecadores, Cristo manifestó un
amor que es
incomprensible; y al contemplar este amor, el corazón queda impresionado, la
conciencia se despierta y el alma es llevada a preguntarse: “¿Qué es el pecado, que requiere semejante sacrificio para
la redención de su víctima?”
El
apóstol Pablo dio instrucciones con respecto al plan de salvación. Declaró se cita Hechos 20:20,21.
Juan,
hablando del Salvador, dice: “Y sabéis que él apareció para quitar nuestros
pecados, y no hay pecado en él”. 1 Juan 3:5.
Los pecadores deben
ir a Cristo, porque lo ven como
su Salvador, su único Ayudador, con el
fin de que puedan ser capacitados para
arrepentirse; porque si se pudieran arrepentir
sin ir a Cristo, también podrían
salvarse sin Cristo.
Es la virtud que sale de Cristo la que
los conduce al arrepentimiento verdadero... El
arrepentimiento es tanto un don de Dios como el perdón, y no puede encontrarse en el
corazón en el que no ha
trabajado Jesús.
No somos más
capaces de arrepentirnos sin que el Espíritu
de Cristo despierte la conciencia, de lo que podemos ser perdonados sin
Cristo. Cristo atrae
al pecador por medio de
la manifestación de su amor en la cruz, y esto
ablanda el corazón, impresiona la mente e inspira contrición y
arrepentimiento en el alma. The Review and
Herald, 1 de abril de 1890. [362]
No hay comentarios:
Publicar un comentario